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Mostrando entradas de agosto, 2012

Tiempo al Tiempo

“Tiempo al tiempo”, oí tantas veces tal vez sin querer escuchar o quizá solo ocurría que no era mi momento de entender. A veces nos inventamos diferenciaciones ridículas para darle más peso a algo, en un afán de importancia que resulta patético: le decimos a alguien “tú miras pero no observas” cuando lo cierto es que en el diccionario “ver”, “mirar” y “observar” son sinónimos.  Pero aquello no ocurre con “oír” y “escuchar”, no son sinónimos, quien escucha presta atención a lo que oye; o al menos eso dice la RAE y a mi se me da la gana de creerle.  Así que muchas veces me recomendaron la calma y la paciencia, la espera. Me dijeron que con el tiempo entendería y mis preguntas se contestarían. Me mintieron.  Al tiempo le atribuimos más de lo que debiéramos. Lo nombramos guardián de nuestros recuerdos, artífice de nuestro olvido, responsable de nuestra madurez… en un intento por quitarnos de encima nuestras propias obligaciones cuando el tiempo no es responsable de nada, no