Entradas

Mostrando entradas de julio, 2015

Veinticinco

Imagen
Exposición "Miró: Pintor, Poeta" El tiempo, que ha sido definido a través de los años por científicos y relativizado sin pudor por narradores y poetas, resulta tan temible como encantador en la vida propia. Se sabe del tiempo como medida, como invento humano, como sabio, como enemigo, como dios. ¿Qué es un siglo comparado con más de cuatro punto cinco billones de años? ¿Qué viene siendo, entonces, un cuarto de siglo? Mi propia eternidad. Es la primera vez que escribo sobre mi edad en este blog que no tiene ni pies ni cabeza, que es una colcha de retazos echa con los pedacitos de cada recuerdo trascendente. Tal como mi existencia.  Ahora lo digo con risa, pero antes sentía un poco de pudor, de vergüenza por develar mi edad. Sucedía que la gente hablaba conmigo y pensaba que era mayor, no sé si era por cómo me expresaba o simplemente era lo que producía mi manera de actuar, sin embargo les venía un desencanto cuando yo decía “tengo dieciocho o diecinueve

XXV

Soy la nada que me abunda en este mar de pensamientos y tormentas. No me ahogo, no quiero. No me salvo, no puedo. Soy la paz perdida en vendettas, la sangre que corre por las venas de la guerra, el perdón negado, la palabra dicha, el tiempo que no regresa. Soy violenta y soy volátil, la manzana del árbol ponzoñoso que no debe ser mordida. Soy mujer de mil lunas y una noche, eterna. Soy Fénix que vuela aún con el ala herida.

XXIV - Poema a medias

La parte de mí que se desvaneció en sonrisas deambula por el jardín de la nostalgia contemplando margaritas. Las dudas que han embestido mi alma vuelan como abejas ansiosas, regando esporas de incertidumbre en cada flor que crece libre, silvestre. Tengo miedo del futuro promisorio, el éxito se me revela como un fatalismo. Tengo lágrimas que nacen secas y gritos que se ahogan en un papel. Aún no me despido del Sol y las mañanas, pero ya los extraño. Aún transito la ciudad en medio de atardeceres. Estas letras no son las acostumbradas, las contundentes. Desconfío del suelo por el que transitan mis pasos, sólo quiero entregar mi vida a éste y otros atardeceres.