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Mostrando entradas de octubre, 2015

Silencio

Todo era un torbellino. Miraba a la nada buscando explicaciones, respuestas y las preguntas arremetían en bandada. Alrededor, el mundo giraba, gritaba, gruñía. El día se iba en un desorden cercano al caos, más ruidoso de lo normal. “¿Cómo estás?”, preguntaron. La cabeza estalló en pensamientos arrítmicos. Perdí la cuenta de las noches en la vela, quiero viajar, correr, gritar, soñar, partir, llorar una vez y reírme dos veces, pero es el cansancio el que me acompaña todas las noches y la rutina la que me despierta en las mañanas. Quiero saltar al vacío y que en la caída me crezcan alas, más sólo me siento en mi escritorio y hago lo que debo. Y me resigno porque “es lo que toca”, porque ya vendrán tiempos mejores, porque hay que ser fuerte para pasar los tragos amargos... porque los sueños también están hechos de sacrificios. Porque el mundo dijo que así debía ser. “Bien”, respondió.