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Mostrando entradas de noviembre, 2015

XXVIII

No me dejes dormir, morir. Vivamos en el ensueño, usemos los deseos, construyamos realidades... Deja que tu mirada se quede conmigo, vamos a recorrer nuestros mundos, te voy a contar las historias del reino que en mí se ha creado. Deja que me pierda en tus silencios, quiero besar tu sonrisa. Quiero dibujar el paraíso, deja que mis dedos describan tu perímetro. Escucharé de nuevo los cuentos y sabré de ti la leyenda. En mi memoria serás inmortal, Romero, tú, la fuente de mis recuerdos. Esta noche me quedaré, la mirada gatuna definirá tu silueta entre sobras la escultura será completa cuando mis manos te definan. Siento sed de tu boca, ansío la noche estrellada. Quiero perderme en tu penumbra en la noche que se confunde con tu cabello.

DÍAS MALOS

Hay cosas que han sido importantes para mí y que me han ayudado en esta montaña rusa del TAB, entre esas están las rutinas. El asunto es sencillo: me despierto a la misma hora todos los días, 5:30 am, abro los ojos sola, las alarmas no funcionan. Si me lo propongo, en un día extraordinario me levanto más tarde, pero el sueño lo vuelvo a conciliar después de haber abierto los ojos a las 5:30 de la mañana.  Tomo mi celular o la tableta y reviso las noticias, luego me levanto al baño, me doy una ducha, llego al cuarto, me cambio, desayuno, me arreglo el cabello y me maquillo, tomo la maleta y me voy. Así es de lunes a sábado. Pero hoy fue diferente. Me desperté a las 7:20 de la mañana, siempre miro el reloj al despertar. Me sentí molesta y confundida, angustiada, recordé todo lo que tenía que hacer, me dolía la cabeza e hice cuentas del tiempo que dormí: cuatro horas. Las manos me estaban temblando y me sentía muy confundida, no fui al baño, no leí las noticias, me quedé en la c

XXVII - Plegaria

Abandóname en la soledad del silencio que carcome, bebe del sudor de mi espalda corva y envejecida. Huye de mis angustias, sálvate de los demonios que me aconsejan, evita mis ojos nostálgicos, no escuches a las brujas que me habitan. Los tormentos cuidarán de nuestro sueño, los fantasmas regaran vino en nuestro lecho y en rituales báquicos arderemos redimidos, por tu boca de menta, por mis labios de uva. Encuentra la calma lejos de esta tormenta, de corazones encabritados y espíritus penitentes. Guárdate de mi noche fúnebre, olvida tu sed, guarda tu luz inocente de la Dama Sombría.