Sacha
Recuerdo perfectamente el día en que la conocí. Me habían llamado por teléfono a decirme que me tenían un regalo de cumpleaños atrasado, que tenía que ir a una ofic ina a recogerlo, no me diero n más pistas, solo me dijeron que fuera rápido e incluso sent í un tono de mal humor en la voz de quién me llamó. Me tomó 40 minutos llegar, mi padre me llevaba en su carro porque quien llamó precisó que él también debía ir. Cuando llegamos, saludamos al señor X, tuvimos una corta conversación donde me preguntó como estaba, que tal el estudio, mi salud, en fin, la cortesía habitual que se maneja con esas personas que nos tienen algo de cariño y a quienes nosotros tenemos respeto. Luego le dijo a mi padre algo, él sonrío y le dijo “pero doctor, mi esposa nos va a matar”, el señor X sonrío y respondió “Yo no sé cómo va a convencer a su mujer, la decisión está tomada”. En seguida me llamó y me dijo que lo acompañara a una oficina cercana. Nos subimos los tres en la camioneta. El Señor X me p...