Tres: Palabras, Domingos y Casualidades
Sucedió un domingo, uno de esos días que generan toda clase de sentimientos y opiniones encontradas. Ese día, el que algunos odian y otros aman, en el que por tradición, en este país, se va a misa y se cree firmemente que fue el elegido por Dios para descansar. Si, fue un domingo, el día de los niños para jugar y de los adultos para hacer asados, al menos así era en mi época. Y es que del domingo se dice de todo. Algunos consideran que es el peor día de la semana, el del tedio, el aburrimiento; para otros es el descanso perfecto, el día que está permitido incluso no bañarse sin que haya reproche alguno. Pero hay quienes piensan que el domingo tiene en su aire un vicio de depresión, no en vano es el día en que mas suicidios se producen. Fue así, un suicidio de las palabras. Su desesperación por no ser pronunciadas les agotó la paciencia y decidieron apartarse para siempre de mi boca, fue una muerte en cadena, un deceso colectivo. Pero ellas ignoraban que su esencia, asimilab...