Desnuda
Escribí, leí, no me gustó, borré. Escribí, borré. Escribí, leí; lo dejé de lado, lo retomé, lo envié al carajo, lo maldije, borré. Escribí de nuevo, puse una canción, me supo a vino ¿Me supo a vino? Huele a gas propano ¿Huele? Moriremos, ahora sí puedo escribir. Tuve un amor, tuve muchos. Me cansé un día de la vida, hice algo al respecto. No funcionó, lo sabíamos, tal vez no lo hice bien, tal vez en realidad no lo quería. ¿Amar o vivir-morir? Las dos o tal vez ninguna. De nuevo lo leo, lo entiendo, fue una cuestión de tercios, por eso no se dio: no me gustan los números impares, no me gustan tampoco los primos pero me gustan los números y los extraño, entonces voy a hacer cuentas. Años, dinero, cuentos, amistades, fechas, sumas, restas, mis divisiones, tus multiplicaciones. Me duele el pecho y no es el corazón. Leí de nuevo, resulta que no es al corazón al que le duele sino al cerebro ¡Y el muy puto nos estuvo engañando todo este tiempo! Así que ...