Reflexiones sobre el infortunio
Recomiendo leer esta entrada en compañía de esta canción El infortunio llega y te saluda con un puñetazo en el estómago. Hubieras preferido la cachetada, la alerta, una mala mirada, no perder el aire de un momento a otro y estar lo suficientemente descolocado como para no entender nada de lo que pasa a tu alrededor. Estás en el piso tirado, es imposible recordar como llegaste a ese lugar, lo único que te interesa es respirar, aferrarte a respirar. Abres la boca desesperadamente y la primera bocanada parece no entrar, no fluye el aire y el pánico empieza a apoderarse de tu cuerpo. Tienes dos opciones que no conoces: ser presa del pánico, retorcerte, llorar y sentir como el aire te es cada vez más ajeno; o puedes mantener la calma e inhalar lentamente porque paradójicamente es así como el aire entrará más rápido a tus pulmones. ¿Pero acaso se puede estar preparado para el infortunio? ¿No es esa imprevisibilidad una de sus características? ¿Existirá un moment...