Reflexiones en la Ducha
No sé si solo a mi me ocurre o si hayan otros seres humanos que hagan lo mismo, el caso es que así como mucha gente se toma un momento para pensar justo cuando se encuentra sentada en el inodoro (?) yo lo hago cuando estoy en la ducha.
No hay nada mejor que entrar a la bañera, desnuda y poco a poco abrir la llave, dejar que el agua salga por unos segundos e ir palpando hasta que alcance la temperatura que me gusta, luego posarme justo bajo el chorro y vivir esa sensación de alivio mientras el preciado líquido toca mis hombros y recorre cada centímetro de mi cuerpo, es sencillamente una de las cosas más placenteras que existe, al menos para mi.
Después de tan relajante placer, empiezan a llegar a mi cabeza imágenes, momentos, canciones, frases. Empiezo a pensar en aquella amiga que me repite “que todos los hombres son unos perros”, en las frases rutinarias mi madre recordándome que en la vida “hay que hacer lo correcto” (todo lo opuesto a lo que yo hago (?)), en ese amigo que opina que no debo hacerle caso a mi madre (ese Bart Simpson que nunca falta), en esos labios deliciosos que quisiera me estuvieran acompañando en ese momento… un carnaval de sensaciones que luego dan paso a la reflexión matutina.
Cuando la cosa se pone seria, la reflexión se extiende y empiezan a recordarme que no soy la única que necesita un baño en la casa (?), así que por el momento debo detenerme, lo extraño es que al día siguiente la retomo en el mismo punto donde la he dejado, le doy vueltas al asunto, lo analizo, saco mis conclusiones, si es el caso tomo alguna decisión, le quito poder a quien creo que no lo merece y se lo entrego a quien me de confianza, insulto al cretino que me dejó hablando sola el día anterior y a la tonta que no fue capaz de responderme el saludo, recuerdo de nuevo esos labios deliciosos y entonces me doy cuenta de que estoy realmente limpia, se ha ido la suciedad del cuerpo y la porquería del alma. Cierro la llave, el agua se detiene, un momento de frio que me recuerda la caída a la realidad... Sin embargo no experimento esa nostalgia propia de la salida de un sueño porque mañana me volveré a bañar, y volveré a ser la dueña de aquella ducha donde se limpia el alma.
No hay nada mejor que entrar a la bañera, desnuda y poco a poco abrir la llave, dejar que el agua salga por unos segundos e ir palpando hasta que alcance la temperatura que me gusta, luego posarme justo bajo el chorro y vivir esa sensación de alivio mientras el preciado líquido toca mis hombros y recorre cada centímetro de mi cuerpo, es sencillamente una de las cosas más placenteras que existe, al menos para mi.
Después de tan relajante placer, empiezan a llegar a mi cabeza imágenes, momentos, canciones, frases. Empiezo a pensar en aquella amiga que me repite “que todos los hombres son unos perros”, en las frases rutinarias mi madre recordándome que en la vida “hay que hacer lo correcto” (todo lo opuesto a lo que yo hago (?)), en ese amigo que opina que no debo hacerle caso a mi madre (ese Bart Simpson que nunca falta), en esos labios deliciosos que quisiera me estuvieran acompañando en ese momento… un carnaval de sensaciones que luego dan paso a la reflexión matutina.
Cuando la cosa se pone seria, la reflexión se extiende y empiezan a recordarme que no soy la única que necesita un baño en la casa (?), así que por el momento debo detenerme, lo extraño es que al día siguiente la retomo en el mismo punto donde la he dejado, le doy vueltas al asunto, lo analizo, saco mis conclusiones, si es el caso tomo alguna decisión, le quito poder a quien creo que no lo merece y se lo entrego a quien me de confianza, insulto al cretino que me dejó hablando sola el día anterior y a la tonta que no fue capaz de responderme el saludo, recuerdo de nuevo esos labios deliciosos y entonces me doy cuenta de que estoy realmente limpia, se ha ido la suciedad del cuerpo y la porquería del alma. Cierro la llave, el agua se detiene, un momento de frio que me recuerda la caída a la realidad... Sin embargo no experimento esa nostalgia propia de la salida de un sueño porque mañana me volveré a bañar, y volveré a ser la dueña de aquella ducha donde se limpia el alma.
Comentarios
Las más hermosas reflexiones, pensamientos, soluciones, se encuentran en los lugares que llamamos aburridos: en una buseta, en la iglesia... en cualquier lugar puedes solucionar el mundo.
Ojalá lleguen esos labios que deseas.
Chau