Seamos sinceros
Seamos sinceros, este espacio no es recomendable para algunas personas. No puedo hacer como si nada, ni vivir de los recuerdos, ni en el pasado, no puedo ni quiero quedarme en lo que no fue, ni tampoco llenarme mi cabeza de un eterno “¿por qué?”. Sí, resulta que no se me antoja amargarme ni llenarme la vida de tristeza, resulta que vuelvo a sentir y no me hace sentir culpable el que haya sido tan rápido, resulta que los sueños siguen en pie, que la vida me muestra nuevas opciones y que sigo siendo la misma.
Resulta que nunca se me antojó cambiar, que no voy a dejar de ser tan “niño”, ni tan trascendental, ni tan soñadora, ni tan romántica. Resulta que me encanta ser como soy, que adoro mis cachetes redonditos y no me interesa hacer dieta. Resulta que este es mi espacio y aquí digo lo que se me da la gana y si alguien se llega a ofender, molestar, irritar, entristecer por lo que aquí digo, solo puedo pedirle una cosa: por favor, no vuelva.
Sí resulta que le tengo que hacer frente a la realidad y seamos sinceros: loro viejo no aprende a hablar…
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