Salto a la realidad
El arnés estaba perfectamente ajustado, sentía náuseas y sus manos hormigueaban.
-¡Ahora vas tu!- gritó quien coordinaba
Ella, aferrada fuertemente a las manos de él, dijo con toda sinceridad
-¡Tengo miedo de saltar!
-Tranquila, yo estaré aquí esperándote, solo será el vacío y ya regresarás... Esto era lo que querías, ¿No?
-¿En verdad me estarás esperando?
-¡Lo haría toda la vida!
Se acercó al límite del puente y saltó. Se sintió libre y plena, su mente se abrió y reconoció la verdad: él no era quien ella buscaba, las promesas para toda la vida son imposibles.
Y voló...
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¿Puedo preguntar quien escribe?