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Mostrando entradas de febrero, 2016

XXIX

En el lugar que pisaron sus pies las flores decidieron nacer, lirios blancos vi crecer y una rosa azul florecer. Sus pétalos atraparon al cielo y aquella rosa provocaba sed. La rosa olía a sangre, olía a sal, las espinas de su cuerpo no podían sangrar. Ante la tentación de probarla, cedí, mi boca supo a tierra mojada. Sentí el peso de muchas vidas en la espalda, oí la voz de una niña que se alejaba. Al lugar que pisaron sus pies las libélulas quisieron volver y las flores decidieron crecer en la tierra donde sus ojos vi llover.