Entradas

Mostrando entradas de junio, 2009

Reflexiones en la Ducha

No sé si solo a mi me ocurre o si hayan otros seres humanos que hagan lo mismo, el caso es que así como mucha gente se toma un momento para pensar justo cuando se encuentra sentada en el inodoro (?) yo lo hago cuando estoy en la ducha. No hay nada mejor que entrar a la bañera, desnuda y poco a poco abrir la llave, dejar que el agua salga por unos segundos e ir palpando hasta que alcance la temperatura que me gusta, luego posarme justo bajo el chorro y vivir esa sensación de alivio mientras el preciado líquido toca mis hombros y recorre cada centímetro de mi cuerpo, es sencillamente una de las cosas más placenteras que existe, al menos para mi. Después de tan relajante placer, empiezan a llegar a mi cabeza imágenes, momentos, canciones, frases. Empiezo a pensar en aquella amiga que me repite “que todos los hombres son unos perros”, en las frases rutinarias mi madre recordándome que en la vida “hay que hacer lo correcto” (todo lo opuesto a lo que yo hago (?)), en ese amigo que opina que

Amargo y Dulce

Imagen
El dolor del cuerpo siempre será bien recibido en reemplazo del que proviene del alma, porque el dolor que nace tan dentro no tiene calma, no deja espacio a ningún momento de felicidad, aun cuando sea el más pequeño. ¿Cómo curar el alma? ¿Cómo calmar el corazón cuando duele, cuando aún está dolido por heridas del pasado y es maltratado de nuevo por quienes conocen sus secretos y debilidades, quienes al contrario de lastimarle deberían protegerle y cuidarle? Sin embargo, todo dolor trae una enseñanza y es en sí mismo necesario pues, de no existir, no valdría la pena una sonrisa, ni un viento alegre. No tendrían su valor incalculable ni traerían la satisfacción que nace cuando una lágrima de felicidad se derrama y se convierte en el tesoro más grande, que solo dura un momento, que se desvanece tras una mejilla, que muere casi en su mismo nacimiento pero que se convierte en el más hermoso recuerdo, en el orgullo más noble y puro, y en la esperanza de seguir luchando, aun cuando ese t

La Niña de la Ventana

Es un día como cualquier otro pero no para ella. Hoy vendrá, hoy tiene que llegar, no puede ser tan indolente como para dejarle esperando una vez más. Está en su cuarto con la mirada fija en la calle, su madre le llama pero no quiere atender, teme que si lo hace tal vez él venga y no la vea. No, no va a desilusionarlo, no quiere perder oportunidad para hablarle, para acariciarle, para admirarlo, para maravillarlo con todo lo que ella tiene dentro de sí. En la cocina, la madre deja caer unas lágrimas. Ella sabe que no vendrá, que su hija se ilusiona en vano. Se siente impotente, la invade la ira, ¿Cómo puede hacerle esto a ella, a ella que tanto lo quiere, que todos los domingos espera ansiosa junto a la ventana su llegada? Piensa en lo feliz que sería si le pudiese arrancar ese sentimiento a su hija, matarle todo ese amor de una buena vez. No quiere verle sufrir, no puede soportarlo, no una vez más… ella sabe que no vendrá. En la ventana la hija sigue esperando. Desesperada por l

De mí

Háblame al oído y cuéntame  las historias que de mi te han traído. Descarga tus sentimientos en cada palabra  y sueña entre tus recuerdos con tu propio paraíso. Inventa para mí una nueva historia cada noche,  envuelta en tus silencios  y bañada con cada uno de tus “te quiero”. No permitas que me pierda entre mis pesadillas,  pero deja a las princesas para luego,  que la fantasía me engaña  y trae dolor cuando termina el cuento. No quiero ser yo un hada alada,  ni la ninfa de los mil misterios, Seré solo la dulce brisa  que roce tus labios en el invierno, La hoja caída de un árbol frondoso  cuando el otoño se esté yendo, Y el Fénix majestuoso que en primavera  vuelva a alzar el vuelo

Recuerdos

Ver la ilusión de una imagen que desde hace tiempo se atraviesa en mi cabeza; estar boca arriba, con la mirada firme en el cielo, sin techo que obstruya ni luz artificial que altere mi visión, amparada por la linterna natural que pende del cielo, y sus tiernas hermanas, pequeñas pero vivaces, que juegan a formar figuras para confundirme y entretenerme, para regalarme algo de su locura... Una lágrima se desprende de mi ojo, se de donde viene, pero no hacia donde va, su destino al parecer, es desconocido, sin embargo, ella, aventurera, decide abandonarme y tras de ella muchas mas. A veces me pregunto, ¿estoy viva o estoy muerta? -tal vez soñando - Múltiples formas y de nuevo imágenes -recuedos- . Mi vida y la de otros están atrapadas, condenadas -¿En donde? ¿Presas de quien? ¿Por que?- ¿Como saberlo? Firme, inmóvil y aún así viajando; no hacen falta mis pies, no hace falta mi cuerpo, en mi viaje no necesito tampoco de equipaje, solo llevaré mis recuerdos y mis imágenes.

¿Y esta de donde salió?

Estaba leyendo a un autor que ni conozco, algo virtual, a lo que llegué por accidente pero que me proporcionó mucho más placer de lo que muchos libros de autores reconocidos y famosos han logrado brindarme. Leyendo encuentro mundos diferentes, leyendo me identifico, leyendo puedo acercarme a entender quién soy, que hay dentro de mi… Y lo que entiendo, lo que puedo leer en mí, en el libro más vulnerable e imperfecto que conozco, pero a la vez en el que más amo y considero más hermoso, es que no estoy destinada a ser una más. No, no soy yo una más de las mujeres con las tetas grandes o que sueñan con operárselas, buscando un hombre que haga lo que ellas no son capaces de producir por sí mismas: felicidad. No soy una de las tantas que sueña con un marido que la mantenga y un matrimonio feliz donde ese hombre que tenga al lado sea la materialización del príncipe azul que leyó en uno de los tantos cuentos infantiles… y para los que lo esperan, lamento decepcionarlos, pero esa no soy yo. De