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Mostrando entradas de enero, 2012

Ausencia

Ocurrió que un día la vida me supo a sangre, el aire me resultó dañino y las hojas de los árboles caían no por naturaleza o por voluntad.  Ocurrió que los recuerdos desaparecieron y las sonrisas no eran gestos conocidos, más bien lejanos.  Ocurrió que un día no quise recibir visitas, ni leer cartas.  Ocurrió que dejé de escribir en páginas de papel y lo que ya estaba hecho, se fue con el fuego voraz.  Ocurrió que un día, la sangre no era sangre, era miedo, era dolor, era leyenda, era odio, era ira…  Ocurrió que un día ella estaba aquí…

IV

No se trata de que seamos iguales sino de ser un complemento No se trata de que pongas el mundo a mis pies sino de que nos apoyemos en la búsqueda de nuestros sueños. No se trata de que me digas todos los días que me amas sino de que lo demostremos mutuamente. No se trata de que me digas que hay cosas que no puedo hacer sino de que nos ayudemos cada día a intentar nuevos retos. No se trata de que compartas todos mis gustos sino de aprender y crecer juntos. No se trata que soportes mis días malos sino de que entendamos que todos los tenemos. No se trata de que me exhibas como un trofeo a tu lado sino de que nos sintamos orgullosos de tenernos el uno al otro. No se trata de que me extrañes cuando no me tengas cerca sino de que aprovechemos cada momento que la vida nos da juntos. No se trata de que me prometas tu amor por siempre, solo se trata de que lo vivamos en el día de hoy.

Aprendiendo a Volar

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Estaba nervioso, sus manos sudaban, sentía que el estómago iba a salirse en cualquier momento por su boca, no sabía como era capaz de mover sus piernas, se iba a enfrentar a uno de sus miedos más profundos y todo por iniciativa de ella. Subió al avión con pasos lentos, ella lo llevaba de la mano y le susurraba al oído que todo estaría bien. La situación para ella era diferente, se sentía extraña porque en ese momento los papeles habían cambiado. Estaba acostumbrada a ser considerada como la débil, era la que lloraba, la que emitía gritos de ira, la que no podía controlar sus emociones pero paradógicamente, era también la que estaba acostumbrada a los dolores físicos más fuertes, sin embargo en ese momento era ella quien le decía a él que todo estaría bien, quien apretaba su mano con firmeza demostrándole la confianza que solo entre ellos podía existir. Esta vez ella no tenía miedo, esta vez esperaba el momento con calma y entusiasmo mientras él se mordía las uñas pensando en lo

Alma

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Soy un fantasma,  un espíritu viajero.  Quizá la imagen perdida  de un recuerdo,  el destello que se esconde  tras tus párpados  cuando  cierras tus ojos  y  llega el sueño... _______________________________________ Fotografía realizada por Carlos Narvaez En compañía de Juan Pablo Patiño

Campaña "Donación"

ADVERTENCIA Señor Lector. Antes de leer esta entrada, tenga en cuenta que en ella se discuten temas que pueden herir susceptibilidades e ir en contra de la educación que usted recibió o de la religión a la cual pertenece. Por lo mismo, le solicito muy comedidamente que si se decide a seguir adelante, tenga en cuenta que esta entrada depende única y exclusivamente de la opinión de la autora y que mi intención no es incomodarle sino, repito, COMPARTIR MI OPINIÓN Y DEJAR A SU LIBRE DECISIÓN LA OPCIÓN DE PARTICIPAR O NO EN ESTA CAMPAÑA. Sería fácil empezar esta entrada contando una historia donde un niño o una niña enfermo de leucemia espera impacientemente por un trasplante de médula ósea para salvar su vida; podría hacerlo también con el caso de una persona con un problema renal irreversible que tuviera que someterse a varias sesiones de diálisis a la semana para poder prolongar su vida y para la cual, su única solución –capaz de devolverle un nivel de vida digno- fuese recibir un t

Compañero

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Últimamente he leído y escuchado toda clase de críticas hacia la imagen “ideal” del hombre que clásicamente se definió como el deseado por las mujeres. No sé cuál es el origen del “príncipe azul” y tampoco me interesa, aunque sí puedo decir que estoy de acuerdo con muchas de las críticas que se le hacen.  En lo que a mi respecta, no me interesa encontrar a mi “príncipe azul”, ni tampoco he deseado ser nunca una princesa, por el contrario, estoy demasiado alejada de esa figura. No quiero encontrar a alguien que me idealice y me ponga en un pedestal, que quiera poner el mundo a mis pies y no me permita alcanzar nada por mi propio esfuerzo; pensar en esa idea me da pánico pues sé que muy pronto –viviendo una vida que supuestamente es “perfecta”, donde alguien me hiciera todo y cumpliera cada capricho que se me atravesara por la mente- me sentiría frustrada, deprimida y aburrida. Por otro lado, ninguna mujer es igual a otra de la misma forma en que ningún hombre es igual a otro. Por más