Sueños lúcidos
Quizá debía pasar todo esto para que lograra escribir, seguramente eran necesarios un encuentro fallido, un café cargado, la imagen de los ojos negros en mi memoria, el recuerdo de un salón, un esfero por estrenar y la nostalgia del atardecer de la ciudad que amo, reducida a un café de extraños que juegan a conocerse. Si, seguramente todo esto hacía falta. Y es que hay tanto por escribir, tanto que decir, que no logro ordenar mis pensamientos para saber por dónde empezar… y otra vez tú dando vueltas en mi mente, te apareces con tu sonrisa, con las líneas que salen de tus ojos cada vez que encuentras la vida divertida. De repente, vas caminando moviendo las manos, relatando un proyecto, contando los detalles con los ojos vivos, brillantes. Y en la siguiente escena me has tomado la mano. El corazón me da un brinco y sólo quiero que la calle se alargue tanto como nuestros pies se sientan cómodos para caminarla. Sigues hablando y el corazón no logra coger el ritmo, da saltos p