XXXII - La Grieta

 


Una grieta se abrió
en la playa, frente al mar.
Tenía los ojos llenos de lágrimas.
Lágrimas de felicidad y de esperanza
acompañaban al presente que ofrecía.

Con las manos juntas reunió sus sueños,
con las manos juntas quiso recoger y beber
y las manos juntas regresaron vacías al pecho.

Una grieta se abrió
en la playa, en el mar.

Preguntó qué hacer con las manos vacías
el mar respondió con un crujido que aterraba
y los labios resecos ardieron con el salitre.

Viajaste buscando lo que la ciudad te negaba,
pero no es calma lo que he de concederte,
fuerza es lo que demandará tu futuro.

Una grieta se abrió
frente a la playa, en el mar.

Comprendió que su ofrenda rechazada
era el augurio de la providencia, el futuro
no había sido negado, pero no sería compartido.

Fuerza necesitaba para recoger sus pasos.
Fuerza necesitaba para andar su propio camino.
La fuerza era necesaria para sobrevivir a la grieta.

Una grieta se hizo más profunda
recordando a la playa, en la ciudad.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Lo disfruté, gracias.

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