Tiempo al Tiempo



“Tiempo al tiempo”, oí tantas veces tal vez sin querer escuchar o quizá solo ocurría que no era mi momento de entender. A veces nos inventamos diferenciaciones ridículas para darle más peso a algo, en un afán de importancia que resulta patético: le decimos a alguien “tú miras pero no observas” cuando lo cierto es que en el diccionario “ver”, “mirar” y “observar” son sinónimos. 

Pero aquello no ocurre con “oír” y “escuchar”, no son sinónimos, quien escucha presta atención a lo que oye; o al menos eso dice la RAE y a mi se me da la gana de creerle. 

Así que muchas veces me recomendaron la calma y la paciencia, la espera. Me dijeron que con el tiempo entendería y mis preguntas se contestarían. Me mintieron. 

Al tiempo le atribuimos más de lo que debiéramos. Lo nombramos guardián de nuestros recuerdos, artífice de nuestro olvido, responsable de nuestra madurez… en un intento por quitarnos de encima nuestras propias obligaciones cuando el tiempo no es responsable de nada, no nos debe nada y aun así nos da un regalo: enseñanza. 

Sí, el tiempo enseña muchas cosas y eso es más de lo que podemos pedirle por nuestra falta de carácter, de decisión. Por quedarnos esperando en el andén de nuestras vidas a que una espléndida limusina llegue y de ella descienda un gran benefactor que nos cambie las ropas, nos limpie el cuerpo y nos alimente la mente. El tiempo no es un purificador de almas ni de conciencias, es tan solo el forastero que nos da una sonrisa y nosotros, temerosos, le escondemos la mirada pero no por eso podemos cambiarnos de acera, siempre su sonrisa se cruzará en nuestro camino. 

Somos artífices y cómplices de una cobardía ridícula, no hemos querido entender que no es el tiempo el que nos borra los recuerdos o los dignifica en su andar, somos nosotros quienes tomamos la decisión de guardar o desechar algo, de seguir siendo víctimas infames de nosotros mismos, de nuestros miedos o de derrotar el tedio, la comodidad de nuestra miseria, de aceptarle al tiempo su desinteresado obsequio. 

No hay tiempo para el tiempo, simplemente este es MÍ TIEMPO, mi elección, mi bofetada al miedo, el grito que me place darle a la cobardía. Decidí actuar, la desconfianza que se esconde tras mi reflejo en el espejo ha perdido la batalla. 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Wow; Sin entender porque y aunque quizá este fuera de lugar. lloré.
Gracias.

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