Desnuda


Escribí, leí, no me gustó, borré.
Escribí, borré. Escribí, leí;
lo dejé de lado, lo retomé, lo envié al carajo, lo maldije, borré.
Escribí de nuevo, puse una canción, me supo a vino ¿Me supo a vino?
Huele a gas propano ¿Huele?
Moriremos, ahora sí puedo escribir.

Tuve un amor, tuve muchos.
Me cansé un día de la vida, hice algo al respecto.
No funcionó, lo sabíamos,
tal vez no lo hice bien, tal vez en realidad no lo quería.
¿Amar o vivir-morir?
Las dos o tal vez ninguna.

De nuevo lo leo, lo entiendo,
fue una cuestión de tercios, por eso no se dio:
no me gustan los números impares,
no me gustan tampoco los primos
pero me gustan los números y los extraño,
entonces voy a hacer cuentas.

Años, dinero, cuentos,
amistades, fechas,
sumas, restas, mis divisiones, 
tus multiplicaciones.

Me duele el pecho y no es el corazón. Leí de nuevo,
resulta que no es al corazón al que le duele sino al cerebro
¡Y el muy puto nos estuvo engañando todo este tiempo!
Así que es el cerebro más humano que el corazón,
y en teoría la racionalidad es lo que nos separa de los animales.

Me gustan los animales, los amo.
De nuevo el amor en sus múltiples formas,
el misterio que no logro comprender. Intangible,
no le veo, no lo toco, no lo escucho... pero lo siento.

¿Aún sigues leyendo? ¿Para qué?
¿Quieres entenderme? No necesito que lo hagas,
entre más rápido me descifres más rápido te cansarás.
Bueno, ahora que lo pienso, cánsate de una vez y vete,
lo sorprendente de la situación es que creamos que la tenemos bajo control.
El único control que de verdad he conocido es el de mi televisor.

No entiendo bien mi celular ni mi computador,
Pero me gusta experimentar, mezclar. 
Un día me mezclé contigo,
¡Pero ya lárgate que a ti no te escribo!

Me dieron ganas de llorar, se muere algo dentro de mí.
Me muero cada tanto y entonces tengo que renacer,
en el proceso grito de dolor con los labios cocidos con el hilo del orgullo,
por eso en ellos tengo cicatrices ¿Has notado que sangran a cada rato?
Y no, no me molesta, me gusta el sabor de la sangre.
por eso está bien que me muerdas de vez en cuando
pero ten cuidado con el cuello
que ya voy notando que a ti te gusta dejar marcas…

¿Has notado algo de mí?
¿Te has dado cuenta
de la mirada idiota?
¿De la sonrisa ridícula?
Me tiemblan las manos,
no quiero leer porque sé que lo voy a borrar.

Anoche soñé cosas extrañas: 
escribía una carta y me la tragaba,
el psicólogo me dijo que debía aprender a decir lo que siento,
Pero no sé hablar.

Tartamudeo y siento nauseas, me da mareo.
Intento cantar, quizá así sea mejor,
Inhalo, exhalo; tengo una idea.
Tomo la guitarra, toco y canto una canción,
¡Cómo te odio FA!
Cejilla condenada no arruinarás mi lamento.

Ayer escuché una cumbia, una que me gusta demasiado,
Conducía sola aunque en el auto iban otros más,
Descubrí que me gusta tanto la cumbia porque en sus letras se esconden lamentos,
Lamentos bañados de Caribe, de folclore y alegría.
Van llorando, van cantando;
Van llorando, van bailando;
Van riendo, van llorando.

No se me quitan las ganas de llorar,
se me antoja un abrazo,
hoy en día muy pocos saben darlo.
Abrázame y déjame respirar,
No, no presiones, tengo costillas débiles.
Así, suavecito, acariciando la espalda
y no busques mirarme a los ojos después
que no soy dueña de mis lágrimas ni de mis emociones.

Lo que más odio de las ganas de llorar es no poder hacerlo,
me valgo de una canción, de un recuerdo,
de ti imaginándote con otra,
nada funciona.

Tengo náuseas,
es hora de comer pero no tengo hambre,
no sé por qué escribo esto así,
no es un poema, no es un cuento, no es nada,
entonces somos tú y yo.

Te toqué una canción aunque no estabas.
Iba para ti, yo lo sabía, eso era lo importante,
te compré un libro y perdí el valor para entregártelo,
lo leo y te recuerdo y ahora no lo quiero soltar.

Nunca me había desnudado entre palabras,
le tengo miedo a la oscuridad,
odio las ratas y las desgraciadas una vez entraron en mi casa
pero guárdame el secreto que papá y mamá no quieren que nadie lo sepa.

Ahora mismo escucho a Jorge Drexler,
eres mi primera opción pero no la única,
le tengo miedo al dolor,
tengo muchos miedos.

Un día quiero cambiar de ventana y tener otra vista,
Sé que extrañaré la que tengo ahora
Más no por eso me privaría de una perspectiva diferente.

No soy mala tomando decisiones
pero contigo me cuestan
¿Llegaste hasta aquí?
¿Qué buscas?
¿Entendiste lo del Fénix?
¿Cuál es tu oferta?
¿Vamos a negociar esta nada que tenemos?

¡Ahí viene una lágrima!
Espera, déjame concentrarme,
Quizás si toco esta fibra... 
¡Sí, sí, sí, ahí viene!
¡Viene!
Ni se te ocurra hablar del Papa 
que no puedo lograrlo,
muy tarde, ya hiciste un chiste 
y mi lágrima se quedó atrapada,
...aunque me gusta cómo suena tu risa.

Ven, tócame un poquito,
si, de esa forma, suavecito,
desliza tu mano ¡Hmm está fría!
Me gusta.

Entra así, ábrete espacio,
despacito que me duele
¿Sientes esa tibieza?
Sigue tocando esos espacios, esas fibras
¡Ayúdame que quiero que suceda!
Lo necesito.
¿Y si me dices cosas al odio?
¡Qué bien suenan!


Tienes gotas de sudor en la frente
¿Qué es lo que tanto te cuesta?
Ahorita me lo cuentas
¡Sigue tocándome así!
...

Silencio.
No hables que no puedo responderte.
Estoy débil ¿Sentiste esa tibieza?
Por fin mi lágrima ha venido.

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