Enemigo Íntimo




Últimamente pienso mucho en el tiempo. En su paso, sus regalos, sus enseñanzas, su andar casi imperceptible. A veces siento que de repente me desperté un día e iba cabalgando la línea de los 20’s –mis veintes- sin ser consciente de cómo llegué allá. 

Con el tiempo he aprendido y me he acobardado; con el tiempo río menos, hablo más y callo lo importante; con el tiempo la valentía de la que me preciaba para hablar de mis pensamientos se ha ido desvaneciendo, cómo se desvaneció mi infancia y mi inocencia. 

Con el tiempo las palabras se me ahogan en el pecho y me asfixian y aunque quisiera escupirlas con violencia, se me olvidó –o quizá me obligué a olvidar- la forma en que lo hacía. Pero con el tiempo también me volví menos violenta; con el tiempo aprendí que el evitar el enfrentamiento me hace mejor que dejarme llevar por la ira. 

Con el tiempo he valorado más pero actuado menos; he visto y sentido los vientos de la muerte cerca, la propia, la de otros y soy consciente de mi deber por disfrutar de cada momento, cada alegría, cada rabieta, cada discusión y cada abrazo; pero me falta determinación para vivir todo lo que debiera. 

Con el tiempo me he vuelto más insegura y a falta de aprendizaje y recuerdos, he desarrollado un miedo insuperable al pasado, a recorrer los mismos caminos, a que este se transforme en un oscuro presente que de un hachazo me arrebate lo poco que siento mío. 

Ahora me miro en el espejo y como un maleficio diabólico no reconozco a la persona que tengo en frente. Mi mente me juega malas pasadas y mi rostro se transfigura en un ser malévolo que se burla de mi… luego deslizo mis manos, creyendo erróneamente que el tacto me demostrará mi verdadera figura y descubro con horror que la mueca es la misma, que no es el espejo. 

Soy yo.





Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Time to reborn... time of the phoenix... what do U think?

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