La Luna y la Mariposa




La nostalgia atacó de repente a la Mariposa como la brisa helada ataca al final del otoño a los robles valientes que se resisten al invierno. La atacó con la fuerza inmisericorde del frío, esa que no sólo congela las alas sino que incluso hiela el alma.

¿Se reusaba el viento a soplar a su favor? Dirigió la mirada al cielo, de repente la Luna se había desvanecido.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Wow...

Entradas populares de este blog

Memorias de un día que no fue

Veinticinco

Miedo a ser bonita