Vivir


Pase lo que pase
nunca pierdas tu inocencia...







¿Y qué si nos equivocamos una vez? ¿O dos? ¿O muchas? ¿Y qué si hemos tomado una mala decisión, si torcimos el camino por capricho o por desesperación? ¿Qué pasa si hemos querido ir hacia el norte cuando la lógica exigía que fuéramos hacia el sur? ¿Qué de malo tiene haber comprobado mediante el error que somos humanos? sin ninguno de aquellos ramales seríamos lo que somos hoy. Equivocarse es sentirse vivo, aprender es justificar la existencia.

Si la vida es un inmenso camino lleno de elecciones es normal errar, caerse, maldecir, llorar, sentirse frustrado… ¡Gritar!

Vivir implica todo eso y más. Es la infinita oportunidad de sentir, de experimentar, de disfrutar el roce de cada susurro del viento, plagado de un olor a vino, que recorre uno a uno todos los espacios de nuestra piel. 

Vivir para ver colores, formas, capturar imágenes… ¡almacenar recuerdos! Vivir, vivir y vivir, saborear una mora, morderla suavemente, deslizarla por la lengua y que poco a poco se abra camino por tu garganta.

Vivir y percibir la melodía del día, de donde estés, el tic-tac marcando el ritmo, pero no apresurando.

Vivir y darte cuenta de que existes: la alegría de dejar de ser invisible.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
De caer y levantarse, los caminos son extensos y SIEMPRE tienden a sorprender.

Buen post.

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