*** Este no debió ser un domingo en el que yo estuviera sola, encerrada con mi perra, arreglando desperfectos de mi apartamento y tratando de entender por qué me siento tan agobiada. Este domingo debimos haber despertado juntos, yo debí haber preparado algún desayuno especial, seguramente con panqueques y él debió haber lavado la loza con el delantal de El Capitán. En cambio, tengo un domingo en el que llevo varias semanas sin haber encontrado mezcla para panqueques, desayuné con chocolate, huevos y pan y el chocolate lo dejé a la mitad y los trastes los voy a lavar en la noche, con todo lo demás. Tengo un domingo cualquiera, como si todos los eventos del último año no hubieran sucedido, no por falta de recordación, sino por la monotonía de los días que han hecho de un día especial el letargo de una vida, el cansancio, la soledad, el silencio de quien languidece en la ausencia. Este debió haber sido un domingo de celebración, en cambio tengo un domingo de pena. **...
Este blog es simple y no tiene mayores intenciones. Escribo porque sí, porque se me da la gana, porque aquí pretendo dejar plasmadas esas cosas que la gente no quiere o no quiso oir, eso que intenté decir y se negaron a aceptar, y hasta esas verdades que yo misma me niego a ver. Sin embargo he dejado de escribir y eso ha sido obvio, pero no ha sido por falta de interés o porque mi vida se haya vuelto tan patéticamente aburrida que no exista nada sobre lo cual pueda hablar, el inconveniente está en que este blog –que quiero demasiado porque es una parte de mí- es conocido por personas que me quieren, por personas que me detestan, por gente que me ha visto una vez en la vida e incluso por algunos que jamás he visto pero con los cuales he tenido excelentes conversaciones. Y sin ánimo de ofender a los lectores que han visto estos ojitos en vivo y en directo, disfruto más cuando sé que son desconocidos quienes me leen, la razón no está en que sufra de un estúpido e insaciable ego que ...
Más de una vez he sentido que algun verso de Benedetti puede expresar mejor lo que yo misma siento, por eso este poema tiene un lugar especial en este blog... Chau número tres Te dejo con tu vida tu trabajo tu gente con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza te dejo junto al mundo derrotando imposibles segura sin seguro. Te dejo frente al mar descifrándote sola sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota. Te dejo sin mis dudas pobres y malheridas sin mis inmadureces sin mi veteranía. Pero tampoco creas a pie juntillas todo no creas nunca creas este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano horizonte sin horas en la huella del tacto en tu sombra y mi sombra. Estaré repartido en cuatro o cinco pibes de esos que vos mirás y enseguida te siguen. Y ojalá pueda estar de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote.
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