Carta a la Mujer

Querida mujer: 

Si se quiere vestir de cualquier manera, bien pueda. Si le gustan las faldas cortas, úselas con orgullo; si le molesta el sostén no se lo ponga. Si se quiere maquillar espero que encuentre el cosmético que mejor la haga sentir; si por el contrario le gusta llevar su piel al natural, solo le recomiendo que use protector solar. 

No permita las faltas de respeto por su forma de vestir o de hablar. No se crea el cuento de que por vestirse de una u otra forma, alguien tiene derecho a sobrepasar los límites que usted tiene y a menos preciar quien usted es. Entienda que usted es un ser integral, compuesto por un físico, un intelecto, unos sentimientos y unos valores, que puede que llegue a complementarse con los de alguien más. 

Si quiere tener sexo libremente, disfrútelo a plenitud, eso si, sea responsable con usted y con su cuerpo: exija el condón, es más, si es posible cargue uno o dos, para que esté prevenida. Si por el contrario, lo que quiere es disfrutar del sexo con una persona especial, estupendo, es su elección, pero en cualquier caso recuerde: nadie la puede forzar a nada. Por favor, no de abrazos que no siente ni besos que no quiere, elija sus momentos, experimente sus propios espacios; si lo desea comparta su vida pero evite ser la última en su lista de prioridades, haga exactamente lo opuesto. 

No permita imposiciones, sin embargo escuche y, cuando lo vea conveniente, acepte sugerencias. Evite juzgar a otras mujeres por como se visten, hablan, piensan. Evite llamar a otra “perra” o “puta” por su comportamiento, ya que cada quién tiene su propio código moral y de acuerdo a éste actuará; a usted no le gustaría que vinieran a poner en tela de juicio sus valores, entonces no haga lo mismo con las demás. 

No odie. Procure no sentir rencor por esa mujer con la que su pareja la engañó o por la cual la dejó. Si quiere hacer algún reclamo hágaselo a su pareja, que no supo respetar la relación que ustedes tenían. 

Esté pendiente de su salud, no haga dietas exageradas para alcanzar una figura “ideal” (recuerde el punto de las imposiciones), si en algún momento alguna dieta es necesaria, que sea por su bienestar, el de su cuerpo y el de su mente. Haga algún tipo de ejercicio y aliméntese bien, sea consciente de las enfermedades a las que las mujeres suelen ser más propensas, recuerde sus antecedentes familiares y NUNCA se descuide. 

Sonría todos los días, evalúe sus prioridades, no entregue su bienestar a su trabajo o a sus obligaciones. Atiéndalas con calma, respire y procure siempre estar donde se sienta cómoda. 

No permita que su felicidad dependa de otros. Disfrute, ame cuanto quiera, cuanto pueda, pero sobre todo, ámese a sí misma. Sea solidaria, ayude tanto a hombres como a mujeres cada vez que le sea posible. No se acostumbre a que siempre sea otro el que pague la cuenta; valore su tiempo y el de los demás: no espere ni haga esperar… en exceso. 

No desarrolle dependencias, desde la económica hasta la afectiva. Recuerde que su felicidad depende de usted misma, no le entregue ese poder ni esa responsabilidad a nadie más. No confunda el amor con la sumisión, tampoco con el dolor. Usted JAMÁS tendrá que aguantar maltratos de ningún tipo teniendo como excusa un sentimiento. 

Recuerde que usted decide cuándo, cómo y con quién ser madre; y recuerde también que su opinión siempre será importante. No viva en función de lo que pensarán los demás de usted, preocúpese por lo que usted pensará de sí misma más adelante cuando realice una valoración de la situación. 

Aprenda a decir "No" y a despedirse. No hay razones para arrepentirse, lo que ocurrió hace parte de lo que es usted ahora. Aprenda de sus experiencias y procure no repetir sus errores, tampoco se culpe eternamente ni perturbe su pensamiento por algo que ya no fue. 

Ame, cante, baile, sonría, disfrute, llore, grite, salte, sueñe, camine, corra, siéntese, respire, cierre los ojos y nunca olvide algo: la vida le dio el regalo de ser mujer.

Fénix